Dos genios se reencontraron.

Mi homenaje a dos maestros.

El hombre de tu vida.

Muchas mujeres, después de sufrir repetidos desaciertos en el amor, se atreven a decir que el hombre ideal no existe y como consuelo reparador se excusan en que “el gran amor de la vida de una mujer es SU PADRE”.
Chicas que concluyen cosas como ésas, son las mismas que nunca encontrarán el trébol de cuatro hojas ni la olla de oro al final del arco iris. No es mi caso, siempre me cruzo a Dobby ayudando a los seven enanos a juntar monedas para llevarle a Blanca Nieves. Es cuestión de aprender a soñar e ir más allá de fantasear con ganar la lotería.
Sin irme por la copa del árbol, para nada creo que mi papá sea el amor de mi vida; pero sí sostengo firmemente que es el mejor compañero de aventuras que la Family me pudo dar. Y tengo argumentos consistentes para fundamentar mi opinión:
Yo amo la cáscara de pan y mi papá sólo come la miga. Juntos hacemos la combinación perfecta para que mi mamá no se enoje porque cuando alguno de los dos falta, el felipito queda pellizcado.
A mí me encanta el dulce de leche, en cambio mi papá prefiere la crema. Formamos un dúo ideal en los cumpleaños, planeamos en complicidad un intercambio de sobras de tortas así no quedamos maleducados dejando restos en la mesa.
Y cuando quiero destapar una Coca Cola nueva, bajo la furtiva mirada de rayos láser de mi Mum, que me dice entre luces: "Ni se te ocurra, todavía queda gaseosa en la otra botella", ahí está mi socio, que ama la Coca sin gas, y con mucho gusto y sabor, va a disfrutar de terminarse lo que queda.
Es por eso que somos dos locos desde siempre, sonriéndole a Mario y a Luigi Bross que, envidiosos de nuestra exitosa alianza, nos ven pasar.
...TE QUIERO ♥ PA.

Leidi*Di.